La tormenta económica continúa dejando estragos en el tejido empresarial, arrastrando incluso a quienes sobrevivieron a la pandemia. Pese a los esfuerzos de recuperación, las cifras de bancarrotas siguen en ascenso. El alza en los precios, la presión inflacionaria y un consumidor más cauteloso están golpeando fuerte.
Una de las marcas más recientes en declararse en bancarrota por dificultades financieras —entre ellas, el alza en los precios de los alimentos y los costos laborales— fue Hooters of America, la popular cadena de restaurantes conocida por sus alitas de pollo y su característico personal de atención. A tan solo unas semanas de que la compañía anunciara su quiebra, otra reconocida franquicia de pollo frito también confirmó su cierre definitivo y la clausura de todos sus establecimientos.
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«La decisión llega tras «largos esfuerzos por estabilizar operaciones, refinanciar deudas y atraer inversionistas estratégicos«, detallaron desde la compañía.
La cadena de pollo que anunció su quiebra
Se trata de Sticky’s Finger Joint, una reconocida marca especializada en pollo frito estilo gourmet, famosa por sus salsas artesanales y su variado menú, que logró atraer a miles de comensales. La compañía anunció que se acogió al Capítulo 11 de la Ley de Quiebras de Estados Unidos, tras enfrentar una severa crisis financiera.
Así lo reveló la compañía, a través de un comunicado publicado por su casa matriz. Fundada en 2012 en Nueva York, la empresa logró crecer con más de 20 locales en esa ciudad, además de Nueva Jersey y Pensilvania. No obstante, su acelerado crecimiento, los elevados costos operativos y el aumento en el precio de ingredientes clave como el pollo y el aceite terminaron por asfixiar sus finanzas.
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Qué llevó a Sticky’s Finger Joint a la quiebra
Sticky’s Finger Joint vendió más de 11 millones de porciones de pollo, consolidando una base leal de seguidores. Sin embargo, la compañía señaló que una combinación de varios factores la llevó a declararse en bancarrota. Entre ellos se encuentran:
- Altos costos de operación, especialmente en zonas urbanas.
- Impacto duradero de la pandemia de COVID-19, que afectó gravemente al sector restaurantero.
- Dificultades para adaptarse de forma efectiva a las demandas del servicio a domicilio.
- Inflación en ingredientes clave, como el pollo y el aceite.
- Competencia feroz con grandes cadenas como Chick-fil-A y Shake Shack.
- Una disminución constante en las ventas desde 2022.
Aunque la compañía intentó refinanciar sus deudas, estabilizar sus operaciones, así como atraer nuevos inversionistas, la empresa no logró revertir su tendencia negativa, por lo que finalmente se declaró en bancarrota.
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Esto pasará con los locales de Sticky’s Finger Joint
Mientras avanza el proceso de reestructuración financiera de la empresa, algunos locales de Sticky’s seguirán operando, aunque de manera limitada. Fuentes de la compañía, citadas por medios internacionales, advirtieron que es poco probable que la cadena de comidas logre sobrevivir, por lo que se están explorando opciones para vender activos y licencias a terceros interesados, ya sea en adquirir la marca o aprovechar sus ubicaciones estratégicas.
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