Desde Tibú, Norte de Santander, el presidente Gustavo Petro reabrió la posibilidad de diálogo con el Ejército de Liberación Nacional (ELN), en medio del estancamiento de las conversaciones por los recientes hechos de violencia atribuidos a ese grupo armado en la región del Catatumbo.

Durante un acto de entrega de títulos de propiedad a campesinos, el mandatario se refirió a la actual situación del proceso de paz, insistiendo en que el ELN aún tenía una oportunidad de retomar las negociaciones con el Gobierno.

“El ELN todavía tiene una oportunidad, yo no cierro las puertas”, afirmó Petro. Sin embargo, expresó que cada día resultaba más difícil alcanzar la paz mientras persistieran las acciones violentas del grupo insurgente.

“Lo que pasa es que para ellos es cada vez más difícil entre más sangre tengan en la espalda y en el corazón”, sostuvo ante la comunidad local.

Le puede interesar: “Si alguien renunció y tiene una aspiración, se va”: Petro no se guardó nada para Gustavo Bolívar

El jefe de Estado también se refirió al papel del narcotráfico en el conflicto armado, haciendo una advertencia sobre el impacto de la cocaína en la soberanía nacional.

“Pero no es bobeando con la cocaína. La cocaína la manejan los carteles mexicanos y ellos saben. Un ejército a órdenes de los carteles mexicanos en el Catatumbo es una pérdida de soberanía nacional de Colombia”, señaló.

En su intervención, Petro también lanzó críticas al ex canciller Álvaro Leyva, a quien acusó de haberse reunido con miembros del ELN y otros actores políticos en Caracas, supuestamente con la intención de removerlo de su cargo.

Aunque no ofreció mayores detalles sobre estas declaraciones, sus palabras marcan más distancia con su antiguo ministro de Relaciones Exteriores, quien antes lo acusó de “enfermo” y le pidió considerar su permanencia en la Presidencia.

Más noticias: Presidente del Senado critica inversión en consulta popular y pide atender emergencia energética

El anuncio del presidente se produjo en medio de creciente tensión en el Catatumbo, donde comunidades locales han denunciado desplazamientos forzados y otras afectaciones por cuenta de enfrentamientos entre grupos armados ilegales.

La posibilidad de retomar el diálogo dependerá ahora de la respuesta del grupo insurgente, cuya voluntad de paz ha sido puesta en entredicho por sus recientes acciones en variad regiones del país.