La cadena de restaurantes Hooters, conocida por su oferta de alitas de pollo y un estilo de atención característico, ha cerrado de manera abrupta al menos 30 de sus sucursales en Estados Unidos, según informó CNN. Los cierres se producen semanas después de que la empresa se acogiera al Capítulo 11 de la Ley de Quiebras y anunciara un proceso de reestructuración financiera con el objetivo de mantenerse operativa.
Un portavoz de la compañía indicó a CNN que la decisión se tomó tras una evaluación interna sobre cómo posicionar mejor a la empresa hacia el futuro. Aunque no se ha publicado un listado oficial de los restaurantes afectados, medios locales reportan cierres en varios estados, incluidos Florida, Georgia, Michigan, Carolina del Norte, Carolina del Sur, Tennessee y Texas.
La cadena de 42 años, operada por Hooters of America LLC, anunció en marzo su solicitud voluntaria de protección por bancarrota en la Corte de Quiebras del Distrito Norte de Texas. En ese momento, la empresa afirmó que sus restaurantes seguirían abiertos y que el proceso permitiría asegurar su sostenibilidad futura. Como parte del plan de reorganización, Hooters acordó vender 100 de sus restaurantes propios a dos grupos de franquicias que ya operan parte de su red, uno en Tampa (Florida) y otro en Chicago.
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Por eso, este nuevo cierre contrasta con el comunicado oficial emitido por Hooters el mismo mes de marzo, en el que aseguraba que sus restaurantes “están aquí para quedarse”. En esa ocasión, la empresa anunció la firma de un Acuerdo de Apoyo a la Reestructuración (RSA) con sus principales acreedores, que implicaba el traspaso de los locales corporativos a operadores de franquicia con experiencia en la marca.
Sal Melilli, director ejecutivo de Hooters of America, había declarado que el anuncio marcaba un hito en el fortalecimiento de la base financiera de la compañía. Según Melilli, el objetivo era continuar ofreciendo la experiencia de hospitalidad característica de Hooters durante todo el proceso judicial.
La empresa también había solicitado la aprobación de un financiamiento especial por 40 millones de dólares durante el proceso de quiebra, lo que incluiría 35 millones en capital nuevo. El propósito era garantizar la operación ininterrumpida de sus restaurantes mientras se completaba la transición.
Neil Kiefer, director ejecutivo de Hooters Inc., uno de los grupos compradores, declaró que el objetivo era simplificar las operaciones y volver a las raíces del negocio bajo un modelo exclusivamente de franquicias.
Comidas en crisis
Según el análisis de CNN, los cierres no son del todo inesperados. Desde principios de 2024, Hooters ya había comenzado a reducir su presencia física en distintos estados. En sus comunicaciones más recientes, la compañía mencionó que estaba evaluando su huella operativa, lo que incluía el cierre de locales con bajo rendimiento.
La situación de Hooters se enmarca en un contexto más amplio de dificultades para las cadenas de restaurantes orientadas a consumidores de ingresos medios y bajos. A medida que la inflación ha reducido el ingreso disponible, muchos comensales han abandonado opciones de comida casual sentada.
La cadena Bahama Breeze, operada por Darden Restaurants, también ha cerrado recientemente 15 sucursales. De forma similar, TGI Fridays —otra reconocida marca del sector— se acogió al Capítulo 11 y ha recortado su red de restaurantes, al tiempo que intenta renovar su menú para atraer nuevamente a los consumidores.
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De acuerdo con la consultora Maeve Webster, citada por CNN, el cierre de unidades con bajo rendimiento puede ser una estrategia viable para fortalecer la marca en su conjunto, al permitir concentrar los recursos en locales más rentables.
Finalmente, CNN destacó que la confianza del consumidor en Estados Unidos se encuentra en niveles mínimos, como lo reflejó el índice de la Universidad de Michigan en mayo. Esta caída de confianza también contribuye a que negocios como Hooters reevalúen su presencia física y estrategia de expansión.
Con la finalización del proceso de bancarrota, todos los restaurantes de Hooters en EE. UU. pasarán a ser operados por franquiciados, mientras que las operaciones internacionales seguirán a cargo de socios independientes. La empresa no ha informado nuevos cierres, pero mantiene que su reestructuración está orientada a garantizar su viabilidad a largo plazo bajo un modelo más eficiente.
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