Más allá de la lactancia, los pezones cumplen funciones clave en la salud materna, sexual y general de las mujeres, siendo también indicadores de posibles alertas médicas.

La lactancia puede verse afectada por condiciones como pezones invertidos, grietas o dolor, por eso es clave hablar sin tabúes sobre esta parte del cuerpo y su cuidado durante la maternidad. Foto: suministrada a Boyacá Sie7e Días
*Por: Nury Vargas
Durante el mes de las madres se multiplican las conversaciones sobre el amor, el vínculo con los hijos y la entrega femenina, pero pocos espacios se dedican a hablar de los aspectos físicos y emocionales que también forman parte de la maternidad. Uno de esos temas poco visibilizados es el cuidado de los pezones, una parte del cuerpo femenino que no solo cumple funciones esenciales en la lactancia, sino que también tiene implicaciones en la salud sexual y general de las mujeres.
Aunque para muchas madres la lactancia es una etapa significativa, no está exenta de dificultades. Dolor, grietas, irritación o pezones invertidos pueden dificultar el proceso y afectar el vínculo madre-bebé si no se cuenta con el acompañamiento adecuado.
“Los pezones forman parte integral de la glándula mamaria y tienen dos funciones principales: la nutricional, esencial en el proceso de lactancia, y la sensorial, gracias a su alta concentración de terminaciones nerviosas”, señala Camilo Luna, puericultor y ginecólogo de Colsanitas.
“Durante la pubertad, bajo la influencia de hormonas como los estrógenos y la progesterona, los pezones se desarrollan para cumplir funciones clave como la alimentación del bebé y el placer sexual, liberando oxitocina en ambos procesos”, explica Luna.
El rol sensorial de los pezones ha sido objeto de estudio por parte de la comunidad científica. Investigaciones del National Institutes of Health (NIH) han demostrado que su estimulación activa áreas cerebrales similares a las que responden a otros puntos erógenos como el clítoris o el cérvix. Esta evidencia subraya la importancia de reconocer esta zona del cuerpo como parte fundamental del bienestar femenino.
Pero, además de su papel en la maternidad y la sexualidad, los pezones pueden ser un importante indicador de salud. Cambios en su forma, textura, color o secreción deben ser tomados con seriedad.
“Cambios como descamación, alteraciones en la coloración, retracciones o secreciones anormales, incluyendo sangre, pueden ser signos de enfermedades que requieren atención inmediata. Es fundamental que las mujeres conozcan su cuerpo para identificar cualquier cambio a tiempo”, advierte la doctora Marcela Sánchez, cirujana plástica y reconstructiva de Colsanitas.
Abrir la conversación sobre estas temáticas no solo promueve una maternidad más informada, sino que ayuda a romper mitos en torno al cuerpo femenino. Reconocer los pezones como una parte funcional, sensible y significativa del cuerpo es también una forma de dignificar la experiencia materna.
La educación, la prevención y el autocuidado deben ser pilares fundamentales en la salud integral de las mujeres.
*Redactora de Boyacá Sie7e Días
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