Con una emotiva ceremonia sus colegas le expresaron al capitán Bayardo su gratitud y respeto por tantos años de dedicación a la comunidad.

_{El capitán Bayardo Roa ejerce como bombero desde el año 1982. Hoy le dijo adiós a la institución que lideró  por varios años. Foto: Boyacá  Sie7e Días.}

*Por: Yuliana Bohórquez Montañez

Este miércoles 28 de mayo el Cuerpo de Bomberos Voluntarios de Tunja realizó una ceremonia de despedida en reconocimiento a los 43 años de servicio del capitán Bayardo Roa Cubaque, en la que le rindieron homenaje a su larga trayectoria y dedicación dentro de la institución.

Después de cuatro décadas al servicio del Cuerpo de Bomberos, el capitán Bayardo le dice adiós a la entidad que, como él mismo lo define, fue su casa, su familia y su razón de ser. En una entrevista que dio a medios de comunicación, compartió los sentimientos encontrados que lo acompañan en este nuevo capítulo de su vida.

“Me voy con mucha alegría, pero también con mucha tristeza; Bomberos fue para mí una familia y un trabajo marcado para la comunidad (…). Creo que desde muy niño supe que era este mi destino; una vez en la plaza de Bolívar no me dejaron conocer por encima una máquina y ese día decidí que debía ser bombero y llegar a ser oficial”, manifestó.

Roa contó que incluso durante años vivió dentro de la Estación de Bomberos. “Tenía un pequeño apartamento de la parte alta de la estación central, yo permanecía ahí las 24 horas, salía únicamente para atender emergencias y volvía a ejercer lo relacionado con trabajo administrativo. Pero pues ya es hora de cambiar de patio, de cambiar de sala y llegó la hora de irnos”, dijo.

En medio de su trabajo, también hubo momentos de profundo dolor. Una de las experiencias más duras que recuerda fue un incendio en el barrio El Triunfo, durante los apagones de la era Gaviria. “Una casa de cartón y latas se incendió (…) adentro había dos niños, cinco gatos y dos perritos. Cuando quitamos una lámina, rodaron dos objetos: eran los niños”, expresó, concluyendo la frase con la voz entrecortada.

Enfrentó peligros de muerte en varias ocasiones: en una práctica sufrió quemaduras graves en el rostro por gas propano (no son tan visibles sus cicatrices). En otras, su vida pendió de un hilo mientras rescataba personas que morían por ahogamiento, atrapado entre palos y alambres con su equipo de buceo enredado. “En esos momentos me preguntaba: ¿yo qué hago acá? Pero me calmaba, pensaba con tranquilidad y lograba salir”, relata.

Hoy, al colgar el casco y dejar el uniforme, Bayardo planea dedicarse a sí mismo, a su familia y a sus amigos. “Ahora sí espero que me inviten a charlar en la plaza de Bolívar, a tomarme unos tintos y pasarla bien sabroso”, dice entre risas.

Dejó un mensaje para las nuevas generaciones de bomberos: “si no tienen la vocación de servir, no entren. Este trabajo es para los que quieren a la gente, para los que están dispuestos a darlo todo por los demás sin importar nada más. El bombero debe escuchar, entender y ayudar” indicó.

El capitán Bayardo Roa ejerce como bombero desde los años 80 y fue nombrado capitán el 18 de diciembre de 1999. Es licenciado en Ciencias de la Educación y Ciencias Sociales y Económicas. Una de las cosas más destacadas durante su trayectoria ha sido el rescate acuático.

Bayardo Roa se despide del servicio activo, pero su legado, valor y ejemplo quedarán por siempre grabados en la memoria de quienes tuvieron el honor de trabajar a su lado. Porque como él mismo lo dice: “siempre seré bombero, aunque ya no lleve el uniforme”.

*Redactora de Boyacá Sie7e Días

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