En entrevista con La FM de RCN, Gustavo Bolívar, saliente director del Departamento de Prosperidad Social (DPS), confirmó su intención de aspirar a la Presidencia de la República en 2026, en medio de una conversación cargada de autocrítica, señales de conciliación hacia potenciales rivales y una defensa firme de su integridad ética como activo político.
“Soy un novato en la política”, admitió Bolívar. “Y eso me ha hecho cometer errores, pero también me ha permitido conservar una transparencia que muchos ciudadanos valoran hoy”. A pesar de la falta de experiencia tradicional, aseguró sentirse respaldado por sectores que le han expresado confianza: “Hay mucha gente que se me ha acercado a decirme: ‘Bolívar, usted es nuestro hombre’”.
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Sin embargo, Bolívar también reconoció que su estilo directo y poco dado a la hipocresía le ha costado oportunidades. Al recordar el episodio en el Senado, cuando se frustró su elección como segundo vicepresidente: “No me sentí con la capacidad de ir a darle la mano y pedirle el voto a personas que yo he criticado. Eso me barajó el asunto. Hicieron una triquiñuela para que el Partido Verde repitiera”.
El exsenador insistió en que ese tipo de tensiones internas dentro del Pacto Histórico siguen vivas, y que algunos sectores dudan de su capacidad para generar consensos, o incluso pensar que todo hace parte de un libreto como los que es experto en crear. “Pueden tener razón”, dijo con serenidad. “A veces no uno no genera unidad. Pero también tengo derecho a decir con quién hacer acuerdos. No es ganar por ganar”.
En cuanto a sus competidores potenciales, Bolívar adoptó un tono inusualmente conciliador. Mencionó a la periodista Vicky Dávila y al excandidato Sergio Fajardo como figuras con quienes comparte algo esencial: la reputación. “Tú no ves en los tres primeros textos ni a Vicky, ni a Fajardo, ni a Gustavo Bolívar personas que estén comprometidas con la corrupción. La reputación va a contar muchísimo en esta elección”.
Respecto a su inclusión en el mecanismo de elección del candidato del Pacto Histórico, explicó con claridad las reglas del juego: “Si yo acepto estar en una consulta, y la pierdo, me toca apoyar al que gane. Así funciona la política. Es un sapo muy difícil de comerse, pero me metí en esto”.
Añadió que si siente que es un obstáculo para el proyecto, no dudará en dar un paso al costado: “Yo tampoco voy a ser un obstáculo para que el Pacto elija un candidato. En ese caso, preferiría marginarme de la política”.
Bolívar también reflexionó sobre su derrota en la alcaldía de Bogotá, asegurando que aprendió de los errores cometidos. “Fue una campaña muy barata, muy pequeña, y eso me produjo una derrota. No acepté alianzas non santas ni dineros de contratistas, y eso les da mucho temor a los que están pensando en 2026”.
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Consciente de los factores que definen una elección presidencial, Bolívar reconoció que “se necesitan tres cosas para ganar: voto duro, opinión y maquinaria”. Y fue enfático al afirmar que él no ha manipulado las encuestas que lidera ni conoce a quienes las hacen: “Yo no conozco a los señores de Guarumo ni a los de Invamer. Nunca he llamado a una encuestadora”.
Frente al incierto panorama político de cara a 2026, Bolívar dejó una frase que resume su visión: “La política es una piscina de lodo. Yo trato de que me toque el menor lodo posible”.
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