La actualización del estrato socioeconómico aplicado desde el 2022 modificó subsidios y aportes en los servicios domiciliarios.

En los últimos días se ha encendido la inconformidad ciudadana en Tunja por el incremento que reflejan las tarifas de servicios públicos, un aumento que algunos usuarios estiman hasta en un 250 %. La molestia llevó a un grupo de habitantes a concentrarse en la plaza de Bolívar, donde expresaron públicamente su rechazo a los nuevos cobros.

El origen de la controversia está ligado al proceso de actualización de la estratificación socioeconómica, aplicado en la ciudad desde noviembre del 2022. Este ajuste responde a una obligación periódica de las secretarías de Planeación en todo el país y tiene efectos directos sobre los subsidios y contribuciones que se aplican a los servicios públicos domiciliarios.

Con la nueva estratificación, los hogares clasificados en estratos 1 y 2 continúan recibiendo subsidios superiores al 40 %, definidos por el Concejo Municipal.

Sin embargo, al pasar al estrato 3, el beneficio se reduce de manera significativa, quedando alrededor del 11 %; en contraste, los estratos 5 y 6 asumen una contribución del 65 %, recursos que se destinan a financiar los subsidios de los estratos más bajos. El estrato 4, por su parte, no recibe subsidio ni realiza aportes adicionales.

Más allá del estrato, el valor final de la factura también depende de los componentes que integran cada servicio. En el caso del servicio de electricidad, la Empresa de Energía de Boyacá (EBSA) incluye en su tarifa aspectos como la distribución, la comercialización, la gestión comercial, la toma de lecturas y el laboratorio de medidores.

Para el servicio de acueducto y alcantarillado, Veolia cobra por todo el ciclo del agua: desde la captación en la fuente superficial, el transporte hasta la planta, la potabilización y producción, hasta el almacenamiento en más de 12 tanques de la ciudad y la distribución mediante micromedición.

A esto se suma el mantenimiento de aproximadamente 450 kilómetros de redes de acueducto y 470 kilómetros de redes de alcantarillado.

En cuanto al aseo, Urbaser estructura su cobro a partir de once componentes. Entre ellos se encuentran la recolección y transporte de residuos —con frecuencias de hasta 12 veces al mes por sector—, el barrido de vías, corte de césped, poda de árboles, lavado de puentes, instalación y mantenimiento de cestas públicas, limpieza de áreas ribereñas, disposición final en el relleno sanitario, tratamiento de lixiviados e incentivos para recicladores.

También se incluyen aportes a proyectos ambientales de la Alcaldía. La disposición de residuos de otros municipios en Tunja hace parte del esquema, aunque este costo no se traslada a los usuarios de la ciudad.

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