En un mundo cada vez más interconectado, saber dónde invertir es tan importante como saber cuándo hacerlo. Las calificadoras de riesgo —como Moody’s, Standard & Poor’s (S&P) y DBRS— funcionan como faros que orientan a los inversionistas hacia economías sólidas, estables y con reglas de juego claras. En su más reciente análisis, Trading Economics identificó a Australia, Canadá, Dinamarca, Alemania, Liechtenstein, Luxemburgo y Países Bajos como los países con mejores condiciones para atraer capital extranjero en 2025.
El profesor Henry Amorocho, experto en Hacienda Pública de la Universidad del Rosario, explica que “estas calificaciones son prácticamente perfectas porque reflejan no solo la sostenibilidad fiscal, sino también un manejo institucional que favorece el libre mercado con una intervención estatal adecuada”. Estos países han sabido combinar eficiencia estatal con libertad económica, generando ambientes confiables para los inversionistas.
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Triple A: más que una nota, un respaldo integral
Recibir una calificación AAA de estas agencias no es simplemente una distinción simbólica. “Significa que el país tiene capacidad de pago, bajos niveles de déficit fiscal, seguridad jurídica y un compromiso firme con el saneamiento de sus finanzas públicas”, señala Amorocho. Estas condiciones no solo garantizan que los gobiernos puedan cumplir con sus obligaciones financieras, sino que también ofrecen estabilidad macroeconómica y condiciones favorables para el desarrollo de negocios privados.
Australia, Canadá, Dinamarca y Alemania sobresalen en este grupo no solo por su reputación como buenos pagadores, sino por su verdadera capacidad económica para responder a cualquier escenario. “No es lo mismo tener voluntad de pagar que tener capacidad real de hacerlo”, enfatiza el profesor.
Otros factores que pesan
Aunque tener una alta calificación es una gran ventaja, Amorocho recuerda que también hay países con notas más bajas que pueden ser oportunidades interesantes. “Si un país, aun con una calificación menor, demuestra voluntad de ajustar su economía, reducir el gasto y promover la inversión, puede resultar atractivo para cierto perfil de inversor”.
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Además, el experto resalta que una política de servicios públicos eficiente, que apoye el desarrollo del sector privado y mejore las condiciones generales para hacer negocios, es clave. Esto se traduce en una mejor localización para las empresas, mayor competitividad y beneficios a largo plazo que van más allá del corto plazo financiero.
Australia, Canadá, Dinamarca, Alemania, Liechtenstein, Luxemburgo y Países Bajos no solo lideran los rankings, sino que representan modelos donde el capital privado encuentra seguridad, rentabilidad y proyección.
No obstante, el mensaje de Amorocho es claro: invertir no es solo seguir la calificación, sino entender el contexto, la trayectoria y la visión de cada país. Con esta mirada más amplia, los inversionistas pueden tomar decisiones más informadas y estratégicas para crecer en un entorno global cada vez más competitivo.
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