La muerte del expresidente uruguayo José “Pepe” Mujica, ocurrida este martes a causa de un cáncer de esófago, provocó múltiples reacciones en Colombia.

Uno de los primeros en pronunciarse fue el presidente Gustavo Petro, quien desde Beijing (China) lamentó la partida del líder latinoamericano y exaltó su trayectoria política y su compromiso con la integración regional. Petro definió a Mujica como “el gran revolucionario”.

“Ha muerto Pepe Mujica, el gran revolucionario, el presidente de Uruguay. Adiós amigo. Ojalá América Latina, algún día, tenga himno; ojalá América del Sur se llame, algún día: Amazonía”, escribió el mandatario en su cuenta de X.

En el mismo mensaje, Petro reflexionó sobre el futuro de la región y afirmó que “el proyecto de integración de América Latina pasa por construir, como la Unión Europea, una Unión Grancolombiana, que en el corazón de América Latina y el Caribe dé el paso decisivo a la integración”.

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En diciembre de 2024, Petro viajó a Uruguay para entregarle personalmente a Mujica la Orden de Boyacá, la más alta distinción del Estado colombiano, en reconocimiento a su lucha por la paz, la justicia social y la unidad del continente.

Las reacciones no se limitaron al jefe de Estado. La vicepresidenta Francia Márquez también expresó su pesar por la muerte del expresidente uruguayo.

“Lamento profundamente el fallecimiento de Pepe Mujica, referente de la dignidad, humildad y coherencia política en América Latina. Fue un hombre que eligió vivir como pensaba y que dedicó su vida a luchar por la justicia social, la paz y la unidad de nuestros pueblos”, afirmó Márquez en sus redes sociales.

Por su parte, la canciller Laura Sarabia destacó la integridad política de Mujica.

“Que tu legado permanezca y vivamos la política desde el corazón. Caminaste sobre gigantes, pero sin arrodillarte a ninguno, y pusiste el bienestar de tu pueblo sobre todo. Mucho tenemos que aprenderte”, señaló.

Según el Gobierno colombiano, Mujica, reconocido por su austeridad y su defensa de los valores democráticos, dejó una huella profunda en la política latinoamericana. Su vida y legado generaron admiración más allá de las fronteras de Uruguay.