
Con preparación académica, experiencia local y una identidad futbolística clara, una nueva camada de entrenadores nacidos en Boyacá está empezando a escribir su propia historia en los banquillos del fútbol profesional. Con carácter, estudio y una visión moderna del juego, estos “profes” ya no son promesa: son una realidad.
En una tierra donde el esfuerzo, la disciplina y la humildad son parte del ADN de sus deportistas, el fútbol boyacense empieza a contar otra historia: la de sus entrenadores. Ya no solo exportamos ciclistas, árbitros de élite o futbolistas que llevan el nombre del departamento a lo más alto, sino también a quienes hoy piensan y dirigen el juego desde el banquillo.
Emerge así una generación de técnicos formados en casa, que irrumpe con fuerza en el escenario nacional. Ahí están los casos que hablan por sí solos: Diego Corredor y Fabio Barrera al mando del Atlético Huila; Juan Alejandro Mahecha como parte del cuerpo técnico de La Equidad; Juan David Niño, dirigiendo con legitimidad el proyecto del Real Cundinamarca, y en casa, Fabián Fonseca y Andrés Cárdenas como piezas clave del cuerpo técnico de Patriotas. Todos ellos con una visión clara, conocimiento del juego y, sobre todo, una fuerte identidad boyacense.
La mayoría de estos entrenadores forjaron su camino inicial en Patriotas Boyacá, un club que, más allá de sus resultados deportivos, ha sido una plataforma fundamental para el desarrollo del talento técnico local. En sus filas, estos nombres construyeron su carrera, ganaron experiencia y enfrentaron retos que moldearon su carácter.
Un factor estructural clave en este proceso es la formación académica. En Boyacá no solo hay dos clubes profesionales, también funcionan tres facultades universitarias dedicadas a la Educación Física y las Ciencias del Deporte. Esa base académica ha favorecido el surgimiento de una vocación técnica sólida, en crecimiento, que combina conocimiento con pasión por enseñar y dirigir.
Además, estos entrenadores tienen algo que no se enseña fácilmente: una fuerte conexión con el juego desde lo humano. Muchos de ellos han sido jugadores, formadores, líderes de barrio o gestores de procesos deportivos en condiciones difíciles. Esa cercanía con la realidad del deportista colombiano los hace más empáticos, más prácticos y, a menudo, más eficaces.
El futuro de estos técnicos es innegable. Lo más alentador es que detrás de ellos ya viene otra generación formada con rigor y con una comprensión profunda del juego. Hay motivos para el optimismo.
Hoy Boyacá ya no es solo cuna de ciclistas ni campo fértil de futbolistas, también cultiva entrenadores que piensan el juego, lo sienten y lo transforman. Si seguimos creyendo en ellos, formándolos y dándoles oportunidades, no solo dirigiremos partidos… dirigiremos el futuro del fútbol colombiano desde la tierra de la libertad.
La entrada A propósito del Día del Entrenador Deportivo: técnicos boyacenses, los nuevos profes del fútbol profesional – Luis Francisco Lagos #Columnista7días se publicó primero en Boyacá 7 Días.
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