En los 70 años de Coservicios, Pedro Nel González ha sido testigo y protagonista de la transformación del acueducto y alcantarillado de Sogamoso, liderando procesos que garanticen el suministro de los servicios.

Pedro Nel González, director de operaciones de acueducto y alcantarillado de Coservicios. Foto: suministrada a Boyacá Sie7e Días
*Por: Nury Vargas
Cuando Pedro Nel González (director de operaciones de acueducto y alcantarillado) ingresó a Coservicios en 1996, ya el agua tenía historia en Sogamoso. La planta de tratamiento de Chacón -construida con recursos del BID- era el corazón de un sistema que tomaba agua cristalina del lago de Tota y la llevaba hasta los hogares. Pero aún había mucho por hacer. Y él lo sabía.
Desde entonces, ha sido testigo y protagonista de una transformación silenciosa pero profunda. Su mirada técnica, meticulosa, de quien conoce cada válvula, cada red, cada gota, ha acompañado los grandes pasos que ha dado el acueducto de la ciudad para crecer, renovarse y resistir.
Recuerda con precisión los detalles: “el tanque de 2.000 m³ de la planta de Chacón, el de Santa Bárbara con 400 m³, las redes matrices que cruzan el centro de la ciudad, y el acueducto de El Mode, aquel sistema más antiguo que traía agua del río Tejar”. Cada estructura, cada decisión técnica, ha sido parte de una estrategia que no solo busca llevar agua, sino garantizar que nunca falte.
A finales de los años 90, cuando el país comenzaba a hablar de gestión de la demanda en lugar de la oferta, Coservicios decidió mirar hacia el futuro. Inspirados por lo aprendido en Armenia tras el terremoto de 1999, Pedro Nel y su equipo implementaron un cambio de paradigma: ya no se trataba solo de captar más agua, sino de evitar que se perdiera.
En el 2002 se emprendió un ambicioso programa para identificar y reducir las pérdidas de agua no contabilizada. “Se contrató un estudio que se denominó, ‘Programa de agua no contabilizada’, el cual contenía varios tópicos: estudio de infraestructura, de usuarios, de las redes, basados en la gestión de la demanda”. El hallazgo fue impactante: el 51% del agua tratada se perdía.
Con disciplina y visión, empezaron a cerrar esa brecha: sectorización de redes, instalación de macro medidores, modernización de materiales, válvulas traídas desde Israel, automatización, control de presiones, renovación tecnológica sin romper calles. Año tras año, el índice bajó. En el 2024 se ubicaba en un 36 %, con la meta clara de llegar al 30 % que exige la norma.
En el transcurrir de toda esta implementación también estuvo acompañada de muchas inversiones, así lo recuerda Pedro Nel. “Inversiones en renovar las redes de asbesto-cemento que existían. Alrededor de estos 20 años, yo pienso que hemos renovado más de 100 kilómetros por tuberías de PVC y polietileno. Innovamos con la renovación de redes por el método pipe bursting y también la automatización de algunas operaciones de bombas”, señala.
Pero no todo ha sido redes y cifras. También hubo días difíciles, como el verano del 98, cuando el nivel del lago de Tota descendió tanto que estuvieron a punto de perder la captación por gravedad. O como en El Mode, donde durante años los usuarios recibían agua solo unas pocas horas cada dos días. Hoy, esa misma zona disfruta de agua potable 24/7, gracias a una planta optimizada, redes renovadas y un pozo profundo que sostiene el caudal en épocas de sequía.
Y aunque los logros se cuentan por kilómetros de tubería, para Pedro Nel el valor del trabajo está en lo humano. “Dicen que el mejor activo que tiene una empresa es su talento humano, y pues eso es cierto, porque cuando yo entré aquí, en la empresa había un equipo de fontaneros, de personal técnico, de operadores de planta, de gente que conocía las redes, técnicos que habían estado en las etapas constructivas y terminaban en proyectos materializados”.
A lo largo de casi tres décadas ha visto renovarse más de 100 kilómetros de tubería, ha acompañado la construcción de nuevos laboratorios, la creación de una planta en el sur para garantizar tratamiento del agua, y la modernización del acueducto rural. Ha visto a Coservicios convertirse en referente, no solo por su infraestructura, sino por su constancia.
Sabe que en Coservicios la clave ha sido el soporte y la experiencia que han sido tenidos en cuenta a la hora de formular proyectos. “Yo pienso que en la medida que los proyectos se basen no solamente en la teoría, sino también en la experiencia, seguramente también son un éxito, y ha sido como el éxito aquí del acueducto”.
Y aunque habla con gratitud de los aprendizajes y los logros, también deja ver que no ha sido un camino fácil. Sogamoso puede confiar en su acueducto. Y puede hacerlo porque, desde hace 70 años, Coservicios ha sabido rodearse de guardianes silenciosos que, con visión, conocimiento y compromiso, han cuidado lo esencial: que el agua llegue. Que no falte. Que sea vida.
*Redactora de Boyacá Sie7e Días
La entrada 70 años de Coservicios: Pedro Nel González, un legado que fluye con el agua (Parte III) se publicó primero en Boyacá 7 Días.
0 comentarios